jueves, 22 de octubre de 2009

Amnistía Internacional promueve la campaña “Exige Dignidad” para las personas que viven en la pobreza

YHASMINA G./REDACCIÓN

El grupo local de Málaga de Amnistía Internacional organizó ayer 21 de octubre, en la Facultad de Derecho de la UMA, una mesa redonda con la participación de Médicos sin fronteras, Greenpeace y la Asociación Malagueña de Amistad con el Pueblo Saharaui, sobre las relaciones entre pobreza y violaciones de derechos humanos, así como la necesidad de exigir justicia contra la misma. Como moderador de la mesa se encontraba Emilio Lecuona, coordinador en Málaga de la campaña “Exige Dignidad” cuyos objetivos son hacer que las personas que viven en la pobreza conozcan y exijan sus derechos, pedir cuentas a los gobiernos y agentes económicos por los abusos cometidos y hacer que las iniciativas para la erradicación de la pobreza se centren en los derechos humanos.

Amnistía Internacional es un movimiento global integrado por 2 millones de personas de más de 150 países y territorios que trabajan para poner fin a abusos graves de los derechos humanos.
Su visión es la de un mundo en el que todas las personas disfruten de todos los derechos humanos proclamados en la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Es independiente de todo gobierno, ideología política o creencia religiosa.

El acto fue abierto por Lecuona que denunció que más de 1000 millones de personas viven en la pobreza extrema, en situaciones de precariedad sin atenciones médicas básicas. También declaró que nosotros que vivimos en un mundo donde no tenemos esas privaciones debemos concienciarnos y compartir esos privilegios.

La primera intervención fue por parte de Leonor García, matrona malagueña que colabora con Médicos sin fronteras, nos cuenta como llegó a un hospital en el Congo, donde una mujer se había puesto de parto y por la falta de material quirúrgico y de una transfusión de sangre, muere en el quirófano.
Por estas mismas circunstancias o debido a complicaciones derivadas del embarazo o el parto, cada año más de millón y medio de mujeres, una por minuto, mueren innecesariamente. La mayoría de estas muertes podrían haberse evitado ofreciendo en el momento necesario atención médica de alta calidad, accesible y asequible.

En Sierra Leona, el riesgo de que las mujeres mueran en el parto es el más elevado del mundo. Una de las principales razones es que en ese país los pacientes tienen que hacer frente a gran parte del coste de la atención a la salud, abonando un 70% de los costes totales. Muchas mujeres no utilizan los servicios de atención a la salud durante el embarazo y el parto porque sus familias no se lo pueden costear. La falta de atención es una violación del derecho de las mujeres a la salud.

Lola Trujillo de la Asociación Malagueña de Amistad con el Pueblo Saharaui, hablaba sobre la situación de precariedad en la que viven millones de personas en los campamentos de refugiados del Sahara Occidental.
Se les niega el derecho a una vivienda adecuada y servicios básicos como agua potable, saneamiento y luz eléctrica. Hace más de 30 años que los saharauis vivieron ese “desalojo forzoso” de sus casas, que los empujó a marcharse hacía lo más profundo del desierto donde viven en condiciones inhumanas violándose así el derecho de todo un pueblo, no solo ha una vivienda digna, sino a una vida digna.

Cristóbal Mancera de Greenpeace en Málaga, que presentaba un nuevo informe donde se analizan en profundidad las repercusiones medioambientales de las multinacionales españolas en Latinoamérica.
Numerosas empresas eléctricas promueven en el territorio español la energía verde, pero la realidad es otra muy distinta en países latinos donde se producen vertidos graves que afectan tanto al medioambiente como a la población indígena.
También en ocasiones estas empresas violan los derechos laborales en los países latinos.

Lo que se les exige a estas empresas que actúan sin medida alguna, es que en su plan económico aparezcan los daños medioambientales y sociales que pueden llegar a generar.

Algunos de los allí presentes intervinieron pidiendo la palabra para expresar lo que ellos opinaban del tema y comentaron que todos estos problemas tienen una fundamentación económica y que es el sistema capitalista lo que esta fallando. Otros preguntaron acerca de algún punto hablado como el futuro de los siete presos políticos saharauis detenidos el pasado 8 de octubre en Casablanca, al que todavía no se le puede dar una respuesta.

La pobreza es indigna, pero la gente que vive dentro de esta pobreza, lo puede hacer dignamente con la ayuda de sus gobiernos promoviendo la educación, medidas sanitarias correctas y eficaces, servicios mínimos y el desenmascaramiento de empresas que no actúan correctamente.

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