lunes, 13 de abril de 2009

Detonación de mina terrestre provoca a una manifestación masiva en un campamento de refugiados saharauis

INTERNET/ MM

Cientos de Saharauis, tantos jóvenes como mayores, se juntaron el sábado con centenares de activistas internacionales en el campamento de refugiados saharauis del 27 de febrero para manifestar contra la presencia del muro marroquí que divide el Sahara Occidental en dos.

Los participantes españoles, italianos, austriacos, franceses, mexicanos, americanos, portugueses y británicos se juntaron en la entrada al campamento, donde les animaban dos organizaciones de jóvenes saharauis – la Brigada de Sumud y el Grupo de Libertad y Paz – y la Unión Nacional de Mujeres Saharauis (UNMS).

Desde la entrada, el grupo, de más de un millar de personas, caminaba 2 km por la carretera principal hasta el colegio y centro administrativo del campamento. Así la carretera resultó completamente intransitable, pero los conductores esperaban con alegría, tocando sus bocinas y gritando con los manifestantes. Los manifestantes seguían un camión que llevaba un grupo de jóvenes saharauis quienes dirigían a los demás en gritos ensordecedores.

“¡No hay alternativa a la auto-determinación! ¡No, no a la autonomía! ¡La independencia del Sahara Occidental vendrá! ¡A través de la lucha y las armas conseguiremos nuestra patria con nuestras vidas! ¡Descansa Ibrahim, nosotros seguiremos con la lucha!”

Este último grito se refiere a Ibrahim Hussayn Abait, quien perdió su pie el viernes durante una manifestación pacífica en el desierto cuando pisó sobre una mina terrestre. El muro marroquí está bien fortificada por soldados, tanques y millones de minas. El Frente POLISARIO – los lideres del movimiento saharaui para la independencia – lleva unos años coordinando con Landmine Action, una ONG británica, para desminar al territorio que se encuentra bajo su control.

Sin embargo, todavía existen millones de minas alrededor del muro, y hay especulación entre los Saharauis que Marruecos siga sembrando más, lo cual representaría una violación del alto de fuego firmado en 1991.

Los sentimientos hierven bajo el sol del Sahara
Cuando la marcha en 27 de febrero llegó al colegio, los manifestantes subieron al techo y seguían con sus gritos. Los alumnos salieron de las aulas con curiosidad. Ellos, también, se pusieron a gritar para expresar su tristeza sobre su compatriota herido y su garantía que la lucha para la independencia del Sahara Occidental seguirá.

Encima de olas de verde, blanco y negro – los colores de la bandera de la República Arabe Saharaui Democratica – se sentía la emoción tangible.

“El resto del mundo no pueden entenderlo,” dijo Elmami, un miembro del Grupo de Libertad y Paz. “Llevamos toda la vida así, y no podemos aguantar mucho más.”

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