lunes, 14 de diciembre de 2009

Diez años que darán mucho para hablar

Análisis-

José Antonio Bautista García

Se acerca el fin de la primera década del milenio. Va siendo hora de mirar al pasado reciente y poner sobre la mesa los posibles rumbos que tomará el mundo a partir de 2010.


Dentro de 20 años los libros de historia, los discursos políticos, los medios de comunicación y los libros escolares estarán repletos de alusiones a la época que justo ahora vivimos. A lo largo de esta década hemos asistido a episodios que han cambiado por completo el panorama mundial. Algunos ejemplos relevantes de esta década son el atentado del 11 de Septiembre y la invasión de Afganistán e Irak; el triunfo de la izquierda en latinoamérica y la puesta en escena de Brasil; la crisis financiera del sistema económico capitalista; la toma de conciencia sobre el cambio climático (esta es la década más caliente desde que hay registros) y la lucha descontrolada por los recursos naturales; el poder en el inmenso e inestable continente africano, oriente medio y el castigado sur asiático.


El mundo está más polarizado hoy que hace diez años. Sobre el ring de combate hay más luchadores y están agrupados de la siguiente manera: los países occidentales, liderados por Estados Unidos, están en una esquina. Son pocos pero aún son muy fuertes. Durante los últimos años su discurso se ha basado en el bien social y los derechos humanos pero sus actos no han sido acordes a sus palabras. Desde 2001 asistimos a un paulatino asentamiento de ideas conservadoras en estos países, se consolidan gobiernos como el de Sarkozy, Berlusconi y Merkel, aparecen figuras como la de Obama y Brown. Los vecinos del norte desean mantener su posición pero cada vez les cuesta más defender una situación privilegiada que muchos consideran injusta. Representan al 20% del planeta pero consumen el 80% de los recursos. Un ciudadano estadounidense contamina 16 veces más que un ciudadano indio.


Al otro lado del ring hay un gran número de países venidos de todos los rincones del mundo. Sólo tienen en común tres cosas: son pobres, denuncian que su situación viene ocasionada por el grupo anterior y poseen los recursos naturales (petróleo, madera, gas natural, coltán etc). A pesar de sus diferencias, durante esta década han ido fortaleciendo sus lazos de unión. Un claro ejemplo son las recientes visitas del presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, a Brasil y Venezuela. Otro ejemplo claro es el plantón que han dado hoy los países africanos a los países Europeos y Estados Unidos en la cumbre de Copenhague para exigir que no se abandone el diálogo sobre las emisiones de dióxido de carbono. Otro ejemplo más: en Septiembre año pasado el presidente de Bolivia, Evo Morales, pidió ayuda a sus vecinos al ser informado de un próximo golpe de Estado contra su persona. Días después se reunían todos los presidentes de latinoamérica, Colombia inclusive, para dejar claro que no tolerarían ningún golpe de Estado.


En medio del ring hay otro nutrido grupo de países. Este grupo ve cómo poco a poco los países que lo forman se marchan hacia uno de los lados del ring. De vez en cuando entra algún candidato nuevo. Aquí, en el centro del cuadrilátero, es donde se reparten las ostias. Aquí es donde hacen sus apuestas los países de ambos lados del ring. Ahora mismo se dan leña pakistanies, afganos, estadounidenses y europeos. Muy cerquita siguen peleando palestinos e israelíes, ambos con sus respectivos apoyos pero en total desigualdad de condiciones. A pesar del poco espacio que le dedican los medios no hay que olvidar que continúa la gresca entre saharauis y marroquíes, kurdos y turcos, serbios y kosovares, osetios y georgianos, tibetanos y chinos, surconeanos y norcoreanos, colombianos y venezolanos, cubanos y estadounidenses, chechenos y rusos, ...Durante esta década ha habido golpes de Estado en Honduras, Venezuela, Mauritania, Madagascar, Guinea Bissau, Congo, Nepal, Islas Fiyi, Tailandia, Ecuador, Pakistán y Níger (he considerado que este último también cuenta a pesar de efectuarse en 1999).


Desde el año 2000 hasta hoy vemos que un factor clave ha contribuido a una sorprendente modificación de las reglas de lucha en el ring: la aparición de internet. Ahora los mentirosos tienen un poco más cortas las patas y cada día más ciudadanos tienen la posibilidad de opinar y conocer lo que otros piensan. Como “solución” los gobiernos han optado por diferentes formas de combatir este fenómeno: los hay descarados, como el gobierno chino o el iraní con sus censuras; los hay discretos, gobiernos que hablan de libertad de prensa pero no acuden a ninguna rueda de prensa o crean dependencia de los medios con grandes subvenciones, asegurándose una buena imagen en los periódicos y televisiones.


Estos diez años darán para mucho que hablar, no hay más que ver este artículo a pesar de que llevo todo el tiempo diciéndome a mí mismo “sintetiza, ve al grano”. Si los países flexibilizan sus posiciones, si los gobiernos no cambian las rutas fijadas, si no se entierra el “ojo por ojo”, si los ciudadanos no adquieren consciencia de sus responsabilidades y derechos y todo avanza como hasta ahora el mundo estará cada vez más dividido. Si la actual tendencia política del planeta continúa sin variar su actual línea, dentro de veinte o treinta años se hablará del principio del milenio como la época en que la humanidad condenó su existencia y la salud del planeta a la destrucción.

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